Después de su victoria en las Termópilas, el monarca se sintió libre de avanzar con su mastodóntico ejército hacia Atenas e iniciar el saqueo del Ática arrasando los santuarios de la Acrópolis ateniense. Ninguno de los autores griegos que le presentaban como un hombre débil, mujeriego y controlado por los eunucos podían disimular que, en verdad, sentían fascinación por sus riquezas y su poder
La verdad sobre Jerjes I, el rey persa «degenerado» que clavó en una lanza al espartano Leónidas
por José Miguel Rodriguez | Jul 18, 2020 | 2020, Historia en prensa, Julio 2020 | 0 Comentarios