El 16 de mayo de 1204 era coronado en Constantinopla Balduino I y con él daba sus primeros pasos el Imperio Latino, un estado sucesor del Imperio Bizantino que debía su nombre al hecho de que su gobernante no profesaba la fe ortodoxa sino la católica, ya que había sido colocado en el puesto por los líderes de la Cuarta Cruzada.