Un grito a la igualdad. Esta artista neoclásica tuvo que luchar con toda su alma para que se la reconociera como lo que fue: una artista excepcional. Pero el machismo de la sociedad francesa, encarnado en la figura de su marido, la obligó a dejar los pinceles. Eso sí, para la historia dejó una obra icónica: ‘Retrato de una negra’
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